Al año de estar juntos ya “nos cogíamos del cuello”, nos pegábamos puñetazos y patadas el uno al otro, los dos nos poníamos “los ojos morados” mutuamente, he llegado a salir volando por encima del tendal (el de pie, el que se coloca dentro de casa) y él ha llegado a caer inconsciente al suelo de un puñetazo en la sien, sé que parece raro que una “chica” sea capaz de hacer algo así pero es que cuando yo doy… doy ¡¡Y con ganas!!
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