Que ya lo estaba deseando. Es una cuestión que se ha alargado mucho, que ha dado ya todo de sí y que no ha servido más que para prolongar un trastorno y las dos grandes heridas que tengo en este caso: una herida sangrante por lo que ha sufrido mi familia y, en segundo lugar, por lo que ha podido afectar a los jueces sencillos esta campaña y a la merma de su prestigio. Son las dos grandes heridas que tengo y que sangran mucho. «Al dimitir sentí una liberación, puesto que había una campaña cruel, con ensañamiento y totalmente desproporcionada»
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