Martes 10 de abril de 2018, once y media de la mañana en una calle vigilada y lluviosa de una de las urbanizaciones más importantes de Madrid. Ese era el día, la hora y el panorama en que, según la orden de desahucio del Juzgado de Primera Instancia de Alcobendas, la hija del marqués de Larios, Sandra Fernández de Villavicencio (30 años), y su hijo Kenzo debían desalojar su casa de La Moraleja después de varios meses de litigios.
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