Hay que verlo para creerlo, pero a diario vecinos y turistas son testigos de que las basuras, los excrementos y los restos desperdigados por la zona boscosa del parque Güell son tan reales como el dragón de Gaudí. Los vecinos del eje de Turull, que se adentra en el pulmón verde, denuncian ahora la degradación y falta de mantenimiento de numerosos puntos del parque.
|
etiquetas: barcelona , turismo