La gravedad del estado de las aguas en el embalse llegó a tal punto que los responsables de la Consellería de Medio Ambiente dieron la orden de abrir las compuertas de la presa de A Baxe, que vació una enorme cantidad de agua teñida del verde de la microalga al resto del ya castigado cauce del Umia. El embalse vació agua toda la noche y durante el día y el resultado no dejó de proporcionar estampas sorprendentes. El río teñido de verde y los vecinos preguntándose si podían beber el agua de la traída.
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