El concurso convocado por la Xunta para prestar el servicio autonómico de salvamento marítimo con helicópteros tiene finalmente una única candidata, la multinacional Babcock, en la que se integró la española Inaer, la empresa a la que en 2012 el Gobierno gallego le vendió los aparatos que tenía en propiedad. Si hasta aquel año el servicio le costaba a las arcas públicas 7,5 millones de euros al año, ahora la empresa lo hará por un millón de euros anuales más. Rel: feijoo-vende-helicopteros-salvamento-ahora-no-encue
#3:
El concurso convocado por la Xunta para prestar el servicio autonómico de salvamento marítimo con helicópteros tiene finalmente una única candidata, la multinacional Babcock, en la que se integró la española Inaer, la empresa a la que en 2012 el Gobierno gallego le vendió los aparatos que tenía en propiedad. Si hasta aquel año el servicio le costaba a las arcas públicas 7,5 millones de euros al año, ahora la empresa lo hará por un millón de euros anuales más, sin rebajar ni un céntimo el precio de partida de la licitación. Lo hace además después de que el Gobierno gallego mejorara las condiciones de un primero concurso convocado el pasado abril a lo que la firma no se presentó y que la Xunta declaró desierto tras descalificar otra candidata, que también viene de ser eliminada en este segundo proceso. El incremento en el coste para las arcas públicas fue advertido en 2014 por el Consejo de Cuentas en un informe en el que repasó las sucesivas irregularidades en la contratación del servicio en sus más de diez años de historia.
En 2005, tras la catástrofe del Prestige, el gobierno de Manuel Fraga compró por 27 millones de euros dos helicópteros Sikorsky S-76C+ y adjudicó la gestión del servicio y el mantenimiento de los aparatos a la empresa Inaer. En 2012, tras varias modificaciones irregulares del contrato denunciadas por Contas, el Gobierno gallego le vendió a la empresa los dos aparatos por 13 millones de euros con el argumento de que estaban quedando viejos y que destinaría el dinero que obtenía por la venta a rebajar la cuota anual a pagarle por operar y el servicio, que tenía que seguir prestando con esos mismos aparatos. Si hasta 2012 el coste anual del servicio era de 7,5 millones de euros, en el contrato que le otorgó ese año la Xunta a Inaer por cinco años ascendía a 8,9 millones al año, que lograba rebajar la 6,1 millones gracias a restar el dinero obtenido por la venta de los aparatos.
El pasado abril, ante la cercanía de la finalización de aquel contrato, la Xunta convocó un nuevo concurso para buscar una empresa que siga prestando el servicio en los próximos cuatro años prorrogables a seis con un coste máximo de 6,5 millones al año. A esa primera licitación no se presentó Inaer, adquirida en este tiempo por la multinacional británica Babcock y que ahora se denomina Babcock Mission Critical Services España. Sí concurrió otra empresa más pequeña con sede en Ferrol, Seprogal Servicios Aéreos, que fue descalificada porque la Xunta entendió que no cumplía con los requisitos exigidos y que a su vez denunció al Gobierno gallego ante la Fiscalía.
Tras declarar desierto aquel primer concurso de abril, en junio la Xunta realizó el que se denomina una consulta preliminar del mercado para que las propias empresas interesadas le comunicaran que cambios debía introducir en el contrato para que les resultara más atractivo. Y en julio convocó una segunda licitación en la que modificó algunas de las condiciones del servicio e incrementó de 6,5 a 8,5 millones el importe máximo que está dispuesta a pagar anualmente habida cuenta la posible prórroga del contrato de cuatro a seis años y las horas a mayores sobre lo previsto inicialmente. La ese segundo concurso mejorado se presentó de nuevo Seprogal, que como en el primero viene de ser descalificada por la Xunta. Pero en esta ocasión también lo hizo Babcock, que queda así como única candidata a hacerse con el contrato.
En su oferta, al contrario de lo que suele suceder con la mayoría de los concursos públicos, en los que los diferentes candidatos intentan proponer la mayor rebaja posible en sus precios porque desconocen si alguna otra oferta los baja aun más, Babcock no rebaja ni un solo céntimo el importe máximo que estaba dispuesta a pagar la Xunta. La otra posibilidad que daba la Xunta a las empresas interesadas de mejorar las condiciones de partida de la licitación era la de ofrecer un número de horas de servicio prestadas de manera gratuita, pero nuevamente Babcock no ofreció ni una sola hora a mayores.
Cuando alertó de las diversas irregularidades que viene cometiendo la Xunta en sus sucesivos contratos de helicópteros, el Consello de Contas advirtió de la inexistencia de "ningún estudio sobre la repercusión de la venta de los helicópteros" que eran propiedad pública en 2012 sobre contrataciones futuras como la actual.
El concurso convocado por la Xunta para prestar el servicio autonómico de salvamento marítimo con helicópteros tiene finalmente una única candidata, la multinacional Babcock, en la que se integró la española Inaer, la empresa a la que en 2012 el Gobierno gallego le vendió los aparatos que tenía en propiedad. Si hasta aquel año el servicio le costaba a las arcas públicas 7,5 millones de euros al año, ahora la empresa lo hará por un millón de euros anuales más, sin rebajar ni un céntimo el precio de partida de la licitación. Lo hace además después de que el Gobierno gallego mejorara las condiciones de un primero concurso convocado el pasado abril a lo que la firma no se presentó y que la Xunta declaró desierto tras descalificar otra candidata, que también viene de ser eliminada en este segundo proceso. El incremento en el coste para las arcas públicas fue advertido en 2014 por el Consejo de Cuentas en un informe en el que repasó las sucesivas irregularidades en la contratación del servicio en sus más de diez años de historia.
En 2005, tras la catástrofe del Prestige, el gobierno de Manuel Fraga compró por 27 millones de euros dos helicópteros Sikorsky S-76C+ y adjudicó la gestión del servicio y el mantenimiento de los aparatos a la empresa Inaer. En 2012, tras varias modificaciones irregulares del contrato denunciadas por Contas, el Gobierno gallego le vendió a la empresa los dos aparatos por 13 millones de euros con el argumento de que estaban quedando viejos y que destinaría el dinero que obtenía por la venta a rebajar la cuota anual a pagarle por operar y el servicio, que tenía que seguir prestando con esos mismos aparatos. Si hasta 2012 el coste anual del servicio era de 7,5 millones de euros, en el contrato que le otorgó ese año la Xunta a Inaer por cinco años ascendía a 8,9 millones al año, que lograba rebajar la 6,1 millones gracias a restar el dinero obtenido por la venta de los aparatos.
El pasado abril, ante la cercanía de la finalización de aquel contrato, la Xunta convocó un nuevo concurso para buscar una empresa que siga prestando el servicio en los próximos cuatro años prorrogables a seis con un coste máximo de 6,5 millones al año. A esa primera licitación no se presentó Inaer, adquirida en este tiempo por la multinacional británica Babcock y que ahora se denomina Babcock Mission Critical Services España. Sí concurrió otra empresa más pequeña con sede en Ferrol, Seprogal Servicios Aéreos, que fue descalificada porque la Xunta entendió que no cumplía con los requisitos exigidos y que a su vez denunció al Gobierno gallego ante la Fiscalía.
Tras declarar desierto aquel primer concurso de abril, en junio la Xunta realizó el que se denomina una consulta preliminar del mercado para que las propias empresas interesadas le comunicaran que cambios debía introducir en el contrato para que les resultara más atractivo. Y en julio convocó una segunda licitación en la que modificó algunas de las condiciones del servicio e incrementó de 6,5 a 8,5 millones el importe máximo que está dispuesta a pagar anualmente habida cuenta la posible prórroga del contrato de cuatro a seis años y las horas a mayores sobre lo previsto inicialmente. La ese segundo concurso mejorado se presentó de nuevo Seprogal, que como en el primero viene de ser descalificada por la Xunta. Pero en esta ocasión también lo hizo Babcock, que queda así como única candidata a hacerse con el contrato.
En su oferta, al contrario de lo que suele suceder con la mayoría de los concursos públicos, en los que los diferentes candidatos intentan proponer la mayor rebaja posible en sus precios porque desconocen si alguna otra oferta los baja aun más, Babcock no rebaja ni un solo céntimo el importe máximo que estaba dispuesta a pagar la Xunta. La otra posibilidad que daba la Xunta a las empresas interesadas de mejorar las condiciones de partida de la licitación era la de ofrecer un número de horas de servicio prestadas de manera gratuita, pero nuevamente Babcock no ofreció ni una sola hora a mayores.
Cuando alertó de las diversas irregularidades que viene cometiendo la Xunta en sus sucesivos contratos de helicópteros, el Consello de Contas advirtió de la inexistencia de "ningún estudio sobre la repercusión de la venta de los helicópteros" que eran propiedad pública en 2012 sobre contrataciones futuras como la actual.
Como tratantes son un desastre, de lo publico, claro, porque si fuese con sus dineros, hilarian más fino seguro, pero claro, aquí se trata de tirar para adelanta como sea. Te vendo los helicópterosp, si me los compras, te regalo el contrato en exclusiva y te doy un millón más de lo que anteriormente se pagaba, genial estos gestores de lo público, pan para hoy y hambre para mañana. A disfrutar lo votado..
Hay que ser ignorante para tragarse que sale más barato que las empresas a privadas gestionen nuestros impuestos.
Pues millones de personas se lo siguen creyendo 😩 😩
Comentarios
El concurso convocado por la Xunta para prestar el servicio autonómico de salvamento marítimo con helicópteros tiene finalmente una única candidata, la multinacional Babcock, en la que se integró la española Inaer, la empresa a la que en 2012 el Gobierno gallego le vendió los aparatos que tenía en propiedad. Si hasta aquel año el servicio le costaba a las arcas públicas 7,5 millones de euros al año, ahora la empresa lo hará por un millón de euros anuales más, sin rebajar ni un céntimo el precio de partida de la licitación. Lo hace además después de que el Gobierno gallego mejorara las condiciones de un primero concurso convocado el pasado abril a lo que la firma no se presentó y que la Xunta declaró desierto tras descalificar otra candidata, que también viene de ser eliminada en este segundo proceso. El incremento en el coste para las arcas públicas fue advertido en 2014 por el Consejo de Cuentas en un informe en el que repasó las sucesivas irregularidades en la contratación del servicio en sus más de diez años de historia.
En 2005, tras la catástrofe del Prestige, el gobierno de Manuel Fraga compró por 27 millones de euros dos helicópteros Sikorsky S-76C+ y adjudicó la gestión del servicio y el mantenimiento de los aparatos a la empresa Inaer. En 2012, tras varias modificaciones irregulares del contrato denunciadas por Contas, el Gobierno gallego le vendió a la empresa los dos aparatos por 13 millones de euros con el argumento de que estaban quedando viejos y que destinaría el dinero que obtenía por la venta a rebajar la cuota anual a pagarle por operar y el servicio, que tenía que seguir prestando con esos mismos aparatos. Si hasta 2012 el coste anual del servicio era de 7,5 millones de euros, en el contrato que le otorgó ese año la Xunta a Inaer por cinco años ascendía a 8,9 millones al año, que lograba rebajar la 6,1 millones gracias a restar el dinero obtenido por la venta de los aparatos.
El pasado abril, ante la cercanía de la finalización de aquel contrato, la Xunta convocó un nuevo concurso para buscar una empresa que siga prestando el servicio en los próximos cuatro años prorrogables a seis con un coste máximo de 6,5 millones al año. A esa primera licitación no se presentó Inaer, adquirida en este tiempo por la multinacional británica Babcock y que ahora se denomina Babcock Mission Critical Services España. Sí concurrió otra empresa más pequeña con sede en Ferrol, Seprogal Servicios Aéreos, que fue descalificada porque la Xunta entendió que no cumplía con los requisitos exigidos y que a su vez denunció al Gobierno gallego ante la Fiscalía.
Tras declarar desierto aquel primer concurso de abril, en junio la Xunta realizó el que se denomina una consulta preliminar del mercado para que las propias empresas interesadas le comunicaran que cambios debía introducir en el contrato para que les resultara más atractivo. Y en julio convocó una segunda licitación en la que modificó algunas de las condiciones del servicio e incrementó de 6,5 a 8,5 millones el importe máximo que está dispuesta a pagar anualmente habida cuenta la posible prórroga del contrato de cuatro a seis años y las horas a mayores sobre lo previsto inicialmente. La ese segundo concurso mejorado se presentó de nuevo Seprogal, que como en el primero viene de ser descalificada por la Xunta. Pero en esta ocasión también lo hizo Babcock, que queda así como única candidata a hacerse con el contrato.
En su oferta, al contrario de lo que suele suceder con la mayoría de los concursos públicos, en los que los diferentes candidatos intentan proponer la mayor rebaja posible en sus precios porque desconocen si alguna otra oferta los baja aun más, Babcock no rebaja ni un solo céntimo el importe máximo que estaba dispuesta a pagar la Xunta. La otra posibilidad que daba la Xunta a las empresas interesadas de mejorar las condiciones de partida de la licitación era la de ofrecer un número de horas de servicio prestadas de manera gratuita, pero nuevamente Babcock no ofreció ni una sola hora a mayores.
Cuando alertó de las diversas irregularidades que viene cometiendo la Xunta en sus sucesivos contratos de helicópteros, el Consello de Contas advirtió de la inexistencia de "ningún estudio sobre la repercusión de la venta de los helicópteros" que eran propiedad pública en 2012 sobre contrataciones futuras como la actual.
Ya lo digo yo: Grandes gestores
#1 De lo mejorcito que hay cara al sol
#1 no, no, sin calzador, es la pura verdad
#1 Es la verdad, así que te quito el calzador ... ya te lo devolveré cuando lo merezcas.
#8 Sólo lo quería para abrazarlo y no sentirme tan solo
Pelotazo millonario!
Como tratantes son un desastre, de lo publico, claro, porque si fuese con sus dineros, hilarian más fino seguro, pero claro, aquí se trata de tirar para adelanta como sea. Te vendo los helicópterosp, si me los compras, te regalo el contrato en exclusiva y te doy un millón más de lo que anteriormente se pagaba, genial estos gestores de lo público, pan para hoy y hambre para mañana. A disfrutar lo votado..
La cuadratura del circulo que han inventado.
Veremos si se investiga esto por que huele desde el cabo roses, y eso que el tufo es en Finisterre.
Que raro....
Creía que el salvamento marítimo era competencia estatal.
Hay que ser ignorante para tragarse que sale más barato que las empresas a privadas gestionen nuestros impuestos.
Pues millones de personas se lo siguen creyendo 😩 😩