Nadie que haya estudiado negocios tanto como yo -más de 40 años- debería sorprenderse con el titular de arriba. De hecho, he creído durante años que la suerte es un mejor determinante del éxito que la inteligencia (o el esfuerzo). Si la inteligencia, el talento y el esfuerzo se distribuyen normalmente y la riqueza se distribuye de manera tan anormal, ¿qué falta para explicar la disparidad? (al final del reportaje enlaza a los documentos que 'demuestran' el argumento)
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