Entre cuatro y 24 horas después de la exposición al gas mostaza se produce una intensa irritación, sequedad y ampollas en cualquier mucosa con la que entra en contacto. Puede causar ceguera y, si se inhala, la tráquea, bronquios y pulmones sufren graves daños. Se producen sangrados internos que suelen causar la muerte. El abuelo del rey Juan Carlos, Alfonso XIII decidió "fumigar" a marroquíes rebeldes (1921-1927) Relacionada:
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