Un grupo de investigadores españoles ha descubierto que el esqueleto calcáreo de muchos invertebrados marinos, como las esponjas, podría ser el resultado de una asociación simbiótica con bacterias. Según el estudio, llevado a cabo por investigadores del CSIC dirigidos por la profesora Iosune Uriz y publicado en la revista Evolution, las esponjas marinas, los animales pluricelulares más antiguos que existen, albergan un tipo de bacterias, bautizadas como calcibacterias, que producen microesferas de carbonato cálcico.
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