Los niños abren los ojos como platillos. Los profesores les han advertido de que esa mañana les iba a visitar una mujer afectada por una enfermedad que ha erosionado su rostro, que ha mutilado sus manos, pero da igual. En cuanto abre la puerta, se quedan boquiabiertos. Una alicantina de 38 años, Fide Mirón, muestra su rostro desfigurado para dar a conocer la porfiria de Günther
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