(C&P) Hubo un tiempo en el que la fotografía era la verdad. Uno apretaba el botón, el obturador se abría la distancia determinada durante el tiempo que hiciera falta o que se escogiera y lo que quedaba grabado en el negativo era lo que te llevabas a casa. Para la mayoría —me incluyo-, esto quería decir que de 34 negativos 30 eran para llorar: fotos borrosas, mal encuadradas, desenfocadas y tomadas a destiempo. Que el carrete se velara era casi una bendición y te ahorraba miles de excusas...
|
etiquetas: fotografía , carrete , digital