En 1842, la reina Victoria de Inglaterra entregó un regalo a un Shah Qajar de Persia de 11 años de edad: una cámara. El heredero del trono persa se enamoró de este artilugio mágico y la fotografía se convirtió en una de sus muchas pasiones. Cuando asumió el trono, organizó el primer estudio fotográfico oficial del mundo en su corte. En los años siguientes, documentó su vida, exponiendo al ojo público cosas que se suponía que nunca vería. -- Traducción en
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