Mucha gente odia las drogas y es facil adivinar por qué. Muchas familias han perdido a un ser querido por causas relacionadas con el alcohol o alguna de las otras sustancias clasificadas como drogas. Pero aunque pueda parecer contradictorio, la gente que odia las drogas debería estar en la vanguardia del movimiento contra la fallida "guerra contra las drogas".
Es increible el debate que se está generando en los Estados Unidos y en gran parte de Latinoamerica respecto al tema de la decriminalización de ciertas drogas mientras en Europa no se oye ni una voz por parte de las autoridades.
Los primeros, los atontaos del "drógate, pero no quiero pagar tus gastos sanitarios con mis impuestos", cuando es precisamente ahora, dado que las sustancias ilegales no llevan impuestos, cuando pagan justos por pecadores. Y no sólo los gastos sanitarios, sino los policiales, judiciales, penitenciarios y el de alimentar a toda la chusma que se beneficia de la prohibición desde el aparato prohibicionista institucional, que en eso y en su oposición a la regulación, sus intereses coinciden con los de los narcos -y no hay más que oír al mentecato que han puesto ahora al frente del PNSD, el enésimo bueno-para-nada elevado a un puesto que le viene grandísimo.
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Es increible el debate que se está generando en los Estados Unidos y en gran parte de Latinoamerica respecto al tema de la decriminalización de ciertas drogas mientras en Europa no se oye ni una voz por parte de las autoridades.
Los primeros, los atontaos del "drógate, pero no quiero pagar tus gastos sanitarios con mis impuestos", cuando es precisamente ahora, dado que las sustancias ilegales no llevan impuestos, cuando pagan justos por pecadores. Y no sólo los gastos sanitarios, sino los policiales, judiciales, penitenciarios y el de alimentar a toda la chusma que se beneficia de la prohibición desde el aparato prohibicionista institucional, que en eso y en su oposición a la regulación, sus intereses coinciden con los de los narcos -y no hay más que oír al mentecato que han puesto ahora al frente del PNSD, el enésimo bueno-para-nada elevado a un puesto que le viene grandísimo.
Porque no saben que lo malo de las drogas está más en las mafias que en la propia droga en sí.