A los programadores de televisión, por si no bastara ya con torturar al pobre televidente con sus grandes hermanos y pequeños primos, se les ha ocurrido una nueva vuelta de tuerca: enfrentar a guapos contra listos, y que la audiencia decida. En este artículo se ofrece una pequeña reflexión sobre el asunto, en clave burlesca.
Pues no sé, pero realmente es cierto que en muchísimas ocasiones de la vida, se prima la belleza por encima de la calidad o el buen hacer. Y creo que es algo que todos hacemos sin darnos cuenta y que tiene cierta importancia.
Lo digo porque sé perfectamente que pasa con los gordos. Hay una muy fuerte marginación con aquellos que son gordos por el mero hecho de serlo y nadie comenta nada al respecto.
Maldita sociedad de la imagen en la que vivimos, toda llena de hipócritas.
Comentarios
Y el presentador/a en qué grupo se encuadra?
Supongo que, para ser imparciales, pondrán a alguno/a medio bobo y medio feo, a partes iguales, ¿no?
Pues no sé, pero realmente es cierto que en muchísimas ocasiones de la vida, se prima la belleza por encima de la calidad o el buen hacer. Y creo que es algo que todos hacemos sin darnos cuenta y que tiene cierta importancia.
Lo digo porque sé perfectamente que pasa con los gordos. Hay una muy fuerte marginación con aquellos que son gordos por el mero hecho de serlo y nadie comenta nada al respecto.
Maldita sociedad de la imagen en la que vivimos, toda llena de hipócritas.
Y dónde me pongo yo si soy guapo y listo?