Hace 12 años | Por Costorrico a elmundo.es
Publicado hace 12 años por Costorrico a elmundo.es

Comparten curso y pupitre, pero entre un niño nacido en enero y otro de diciembre existe casi un año entero de diferencia. Y, según un amplísimo estudio canadiense, esta brecha en el calendario puede tener importantes consecuencias entre los seis y los 12 años: los pequeños de la clase son a menudo sobrediagnosticados como hiperactivos.

Comentarios

tollendo

Pero...


...añade que este fenómeno es difícil que ocurra en España, "porque aquí se diagnostica menos y mejor, no únicamente en base a cuestionarios". Una idea en la que coincide José Antonio Ramos Quiroga, director del programa de TDAH del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, "la maduración del niño es algo que todo clínico valora y tiene en cuenta".
De hecho, cita un estudio reciente llevado a cabo en el área metropolitana de Barcelona en el que apenas un 2% de los menores estaba en tratamiento farmacológico para el TDAH; "muy lejos del 5% de casos que se estiman en España". Coincide con ella la doctora Mojarro: "no hay un sobrediagnóstico, porque aquí se trata el tema con más cautela que en EEUU, por ejemplo".
José Antonio Ramos Quiroga, director del programa de TDAH del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona incide en la misma línea: "Este infradiagnóstico es algo que puede sorprender a mucha gente, pero podría estar detrás, por ejemplo, de nuestro elevado fracaso escolar". A su juicio, no se puede descartar que este tipo de trastornos no se estén abordando correctamente en España.

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Todo falso, lo cierto es que todo son excusas del lobby procientífico para invalidar la teoría de que los nacidos bajo el signo de Sagitario son peores estudiantes que los nacidos bajo el signo de Acuario.

PD: Lo iba a dejar así, pero al última vez que hice un comentario irónico me lo hundieron, así que lo dejo explícito:

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La inmadurez también puede darse en niños de principio de año, el pediatra de nuestro hijo (nacido en enero) lleva desde los 3 años alertándonos de su posible hiperactividad, realmente era (es) un niño muy inquieto, avisamos a sus profesoras quienes confirmaban que le costaba quedarse quieto pero que su rendimiento en clase era bastante bueno. Ahora con 7 años, el pediatra nos ha reconocido en la última revisión que lo ve mucho más tranquilo. Seguramente si lo hubiéramos llevado a un especialista le hubiera tratado y no hubiéramos sabido nunca si la mejoría era debido a la medicación o a su propia madurez.
EL caso de mi hijo concuerda totalmente con lo que cuenta este artículo, hay niños que tardan más que otros en madurar, creo que la clave está en la evolución, si el niño va progresando, aunque sea lentamente, hay que dejarle que siga su ritmo, si se estanca ( o realmente le impide hacer una vida normal), entonces sí que habría que evaluar si hay un problema.