Hace 15 años | Por JanSmite a edition.cnn.com
Publicado hace 15 años por JanSmite a edition.cnn.com

Él era judío y estaba en un campo de concentración nazi. Ella vivía libre en un pueblo cercano, haciéndose pasar por cristiana. Un día ella llevaba manzanas cerca de la verja de campo; lo vió y, sin mediar palabra, le tiró una manzana y ambos se alejaron corriendo, temiendo que les viesen. Y así un día y otro y otro hasta que un día él le dijo: "Mañana no volveré": iba a ser trasladado. Acabada la guerra, él acabó en Nueva York arreglando televisores. Un día, un amigo le propuso una cita a ciegas: la chica resultó ser su "ángel de las manzanas"

Comentarios

Wallack

Cutraducción:

Al principio había un chico, una chica y una manzana.

La historia de Herman y Roma R osenblat ha inspirado un cuento de niños. Además tienen la intención de convertirlo en una película.

El era un joven en un campo de concentración de la Alemania Nazi. Ella era un poquito más joven viviendo libre en un pueblo cercano. Su familia se hacía pasar por cristianos.

Sus ojos se conocieron cruzándose a través de la verja y ella se preguntó que podía hacer por aquel joven.

Llevaba manzanas consigo y decidió lanzarle una através de la valla. Él la cogió y corrió de vuelta a los barracones.

Como lo cuentan, volvieron al día siguiente y ella le pasó una manzana de nuevo. Y cada día después de aquel diá, durante meses, la rutina continuó. Ella lanzaba, él la cogía y ambos se marchaban.

Nunca conocieron el nombre del otro. Nunca intercambiaron una sola palabra, temerosos de que el guardia les pillara. Hasta que un día él se acercó a la valla y le dijo que no volvería más.

"No te veré nunca más" dijo ella (preguntando presupongo). "De acuerdo, de acuerdo, no vengas por aquí nunca más" respondió.

Y así su inocente y corta historia llegó a su fin. O al menos eso pensaron ellos.

Antes de que él abandonara el campo de concentración, antes de que la chica apareciera, la vida de Herman Rosenbalt había cambiado para siempre.

Su familia había sido forzada desde su hogar hasta un ghetto. Su padre calló enfermo de tifus. Un doctor intentó ayudarle pero no pudo hacer nada. El hombre conocía que era lo que se avecinaba. Llamó a su hiji más pequeño. "Si alguna vez sales vivo de esta guerra, no cargues con odio en tu corazón y tolera a todo el mundo".

Dos días después su padre moría. Herman tenía solo 12 años.

La familia se mudó de nuevo, esta vez a un ghetto donde compartía una habitación con su madre, tres hermanos, su tío, su tía y cuatro primos. Él y sus hermanos consiguieron los papeles de trabajo y él consiguió trabajo en una fábrica.

Finalmente el ghetto se disolvió. Por un lado, quedaron los que tenían documentos de trabajo, incluido Herman y sus hermanos. Y por otro, todos los demás, incluida su madre.

Rosenblat fue donde su madre "Quiero estar contigo" dijo llorando. Ella habló severamente a él y uno de sus hermanos tiró de él. Su corazón quedó roto.

"Estaba destrozado" recuerda Rosenblat. Era la última vez que vería a mi madre.

Fue en Schlieben, Alemania, donde Rosenblat y la mujer que más tarde llamó su angel se conocerían. Roma Radziki trabajaba en una granja cercana y su mirada se clavó en el chico. Y darle comida -- manzanas principalmente pero también pan -- se convirtió en parte de su rutina.

"Todos los días" dice "cada día que fui".

Ronseblat dice que comió las manzanas en secreto y nunca mencionó una palabra de ello a nadie por miedo a ser castigado o incluso asesinado. Cuando Rosenblat supo que se mudaría de nuevo -- esta vez a Theresienstadt, dónde está actualmente la República Checa -- le dijo a la chica que no volviera.

No mucho después, los rusos entraron con un tanque y liberaron el campo de refugiados donde se encontraba Rosenblat. La guerra había terminado. Ella fue a una escuela de enfermería en Israel. El fue a Londres y aprendió a ser un electricista.

La rutina diaria se desvaneció de sus mentes.

"Le olvidé" dice ella

"Yo también me olvidé de della" asume también él.

Rosenblat finalmente se mudó a Nueva York. Estaba dirigiendo una tienda de reparación de televisores cuando un amigo le llamó por teléfono una tarde de Domingo y le dijo que quería que se citara con una chica. Rosenblat no estaba entusiasmado, no le gustaban las citas a ciegas, se lo dijo a su amigo. Él sabía cómo podría ser ella. Pero finalmente, aceptó.

Fue lo suficiente bien. Ella era Polaca y una persona de trato fácil. La conversación fluía y finalmente hablaron de sus experiencias en la guerra. Rosenblat habló acerca de la letanía de los campos de concentración dónde había estado y las orejas de Radziki se levantaron (metafóricamente :P). Ella había estado en Schlieben también, escondiéndose de los Nazis.

Ella habló acerca de un chico que visitaba. De las manzanas que le daban y de como se separaron.

Y después vinieron las palabras que cambiarían sus vidas para siempre "Ese era yo" dijo él.

Rosenblat sabía que nunca podría abandonar a esa mujer de nuevo. Le propuso matrimonio esa misma noche. Ella pensó que él estaba loco. Dos meses después ella dijo que sí.

En 1958 se casaron en una sinagoga en el Bronx -- un mundo totalmente alejado de sus lamentos, más de una década después de que pensaran que habían sido separados para siempre.

Todo parecía demasiado sorprendente para ser creído. Rosenblat insiste en que todo es cierto.

Incluso después de su unión, la pareja guarda la historia para ellos, contándosela únicamente a las personas más cercanas a ellos. Herman dice que es porque se conocieron en un punto de su vida que prefieren olvidar. Pero finalmente, dijo que sentía la necesidad de compartirlo con otros.

Ahora la historia de los Rosenblat ha inspirado un libro de niños "Angel Girl" y finalmente hay planes para convertirlo en una película "La flor de la valla" (aquí será "La manzana del árbol del ruiseñor" o algo así seguro). Herman espera publicar sus memorias el año que viene.

Michael Berenbaum, un distinguido erudito en el Holocausto que ha autorizado docenas de libros, ha leído las memorias de Rosenblatt y no encuentra razón par acuestionarlas.

"No había nacido así que no puedo decir que fuese testigo ocular, pero es creíble" dice Berenbaum "cosas más raras han pasado".

Herman tiene ahora 79 y Roma es tres años menor que él. Han celebrado su 50 aniversario este verano. Él suele contar su historia a Judios y otros grupos.

El opina que la lección es exactamente la que le dijo su padre antes de morir.

"No odies, ama -- esto es lo que estoy enseñando ahora" dijo "No odies y tolera a todo el mundo, ama a la gente, tolera a la gente, no importa quiénes son o qué son".

La rabia de los campos de concentración, dice Herman, se ha ido. Él perdonó y su vida se ha llenado de amor.

JanSmite

#5 Gracias por la traducción. No me digas que no parece un guión de una película...

HeavyBoy

Voto "!oOOOoOoh que bonito" YA!

niñadelastormentas

Porque a mi no me pasan estas cosas... ?

D

No han hecho ninguna peli con esa história?

D

Que llamen a Spilberg