Vivimos en una sociedad democrática y plural, y por ello abierta a diversos órdenes morales. La jerarquía eclesiástica no puede imponer a todos los ciudadanos (católicos y no católicos) una moral única y exclusiva. Porque de hecho existen muchas formas de moral, incluso dentro de la Iglesia Católica (para entenderlo basta con echar la mirada hacia atrás y ver cómo su postura en ciertos temas ha ido cambiando a lo largo de la historia). Sigue AQUÍ...
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