1)
- Parece que me he dejado el monedero en casa. No voy a poder pagarte.
2)
- ¡Pongo la maldición de competencia sobre tu primogénito!
- Eso no suena tan mal.
3)
- Necesito un poco de ayuda.
- ¡GAAA! ¡¿POR QUÉ SIEMPRE YO?!
He leído hoy por algún blog que hay dos tipos de empresas: Las que son como la empresa de Dilbert y las que son como la empresa de Dilbert y todavía no lo saben.
Comentarios
1)
- Parece que me he dejado el monedero en casa. No voy a poder pagarte.
2)
- ¡Pongo la maldición de competencia sobre tu primogénito!
- Eso no suena tan mal.
3)
- Necesito un poco de ayuda.
- ¡GAAA! ¡¿POR QUÉ SIEMPRE YO?!
He leído hoy por algún blog que hay dos tipos de empresas: Las que son como la empresa de Dilbert y las que son como la empresa de Dilbert y todavía no lo saben.
Con las tiras cojonudas que tiene Dilbert, proponer ésta para noticia es hacerle un flaco favor.