Mucho hay por lo que recordar a Alan Turing, uno de los padres de la Informática. También merece recordarse la infamia de su muerte: Un amigo de su novio (Turing era homosexual) entró en su casa a robar. La investigación judicial destapó su homosexualidad y por ello fue condenado a elegir: cárcel o castración química mediante la ingesta obligada de estrógenos. Eligió esta triste segunda opción. Dos años después, hundido, se suicidó tomando una manzana con cianuro. El logotipo de Apple, con la manzana mordida, es un tributo póstumo.
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