Podemos llorar porque estamos felices o porque nos sentimos tristes. También podemos llorar por el efecto que causa el cortar una cebolla o, simplemente, podemos llorar porque sí, para desahogarnos y sentirnos aliviados. Se trata de diferentes emociones que, a su vez, generan lágrimas morfológicamente distintas aunque compuestas por los mismos elementos: agua, aceites, minerales y proteínas, entre otros. Intrigada por esas pequeñas gotas que salen de los lagrimales, la fotógrafo Rose-Lynn Fisher decidió fotografiar lágrimas y analizarlas.
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