Dedicar una calle a San Josemaría Escrivá no es la primera ocurrencia polémica y relacionada con la religión que toma de forma unilateral el alcalde socialista, su rotunda negativa a dejar de poner el crucifijo en el salón de plenos del ayuntamiento o su apoyo al congreso organizado por la Santa Sede en la Expo en el que se expusieron y defendieron las tesis creacionistas son otras de las decisiones controvertidas de Belloch.
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