Una operación secreta para contrabandear armas a través de la frontera para los cárteles de la droga mexicanos –supervisada por agentes gubernamentales de EE.UU.– amenaza con convertirse en un gran escándalo para el gobierno de Obama. La operación, denominada “Rápido y furioso”, se dirigió desde la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), en Phoenix, Arizona. ATF aprobó la compra de armas en armerías estadounidenses y rastreó la ruta de contrabando hasta la frontera mexicana. Según las informaciones, más de 2.500 armas de
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