Edward George Bowen era un tímido y más bien anónimo profesor de física de la Universidad de Swansea, Gales. Logró miniaturizar la infraestructura del radar a tal punto que pasó de requerir una red nacional de postes que medían 15 metros en 1935 a algo que, en 1943, podía ser montado en las narices de los aviones durante la Batalla del Atlántico.Eso implicó que mientras los aliados podían detectar los U-boote desde 160km de distancia esos sumergibles y submarinos alemanes no notaban su presencia hasta que los aviones estaban prácticamente encim
Comentarios
"Contaba con la imaginación para anticipar cómo lo que estaba haciendo podía beneficiar al mundo real"
un buen hombre