Anna Possi, de 100 años, es dueña de su propia cafetería, Bar Centrale, ubicada en Nebbiuno, en el norte de Italia. Desde hace 65 años acude a trabajar todos los días, abriendo a las siete de la mañana, trabajando doce horas, incluso fines de semana y festivos. En su pueblo, todos la conocen como Nonna Anna. "Pero, ¿por qué iba a dejarlo? Para mí, mi bar es mucho más que un trabajo. Es mi vida", ha explicado sobre por qué sigue acudiendo cada día a la cafetería. "La gente también quiere tomar café en Navidad".
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