El otro día me enviaron un correo electrónico vagamente referido a mi Carta al defensor del lector del diario El País (cuya respuesta seguimos esperando, por cierto). No defendía lo indefendible sobre las ondas empleadas por la telefonía móvil, el wifi y otras frecuencias electromagnéticas no ionizantes menos potentes que la luz visible (los supuestos daños que algunos negociantes afirman, sin pruebas, que causan), pero entraba en otro terreno que me parece igualmente alarmante: la neofobia.
|
etiquetas: neofobia y telefonía móvil , ignorancia , retrógrado , ondas electromagnétic