Hace 15 años | Por Tanatos a publico.es
Publicado hace 15 años por Tanatos a publico.es

Un buen día de 1986, Susumu Ohno descubrió que la estructura del Nocturno Op. 55 nº1 en fa menor de Frédéric Chopin guardaba una innegable semejanza con una secuencia que se repite en el gen de la subunidad mayor de la ADN polimerasa II del ratón: CAACCTCTC.La idea podría dar pie a cualquier trama novelesca alucinatoria de misterios históricos basados en códigos ocultos.

Comentarios

pablicius

"Trama novelesca alucinatoria": totalmente de acuerdo, y añadiría infundada, desquiciante, malintencionadamente promotora de la incultura, e impropia de un periódico que pretende ser serio. Tipica bazofia rellenaespacios del verano.

Genko

Esto me recuerda a los n monos con n máquinas de escribir tecleando indefinidamente

wackman

Sigue siendo curioso. La semejanza es casual, entre tanta cantidad de combinaciones posibles de las bases del ADN, la arbitrariedad del método escogido, y la variedad también en las melodías musicales es normal que se encuentren patrones parecidos. Que a nadie se la vaya la cabeza pensando en misticismos.
En realidad es una forma original de interpretar la "visualización" del ADN, en lugar de imágenes, pues en sonidos que interpretan las secuencias. Puede ser práctico ya que como dice es posible que se puedan detectar ciertos patrones erróneos, mutaciones y etc...