Finley, un niño británico de un año, permanece anestesiado e inconsciente en un quirófano. Le han quitado el cráneo, el cerebro está a la vista. Pero su pulso es normal. Cuando Finley nació, el padre inmediatamente se dio cuenta de que el bebé era diferente. "Su cabeza tenía una forma rara, con una especie de cuerno como un rinoceronte, sus manos estaban unidas y los ojos le sobresalían", La familia fue referida a la Unidad Craneofacial de Oxford, donde se les informó que Finley tenía una rara enfermedad genética llamada síndrome de Apert.
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