El registro de onomatopeyas y voces onomatopéyicas que figuran en el DRAE está muy lejos de ser exhaustivo. La mayoría aluden a golpes, pero los matices que diferencian unas de otras no están nada claros. Tras, bum, zas, paf y catapum o catapún (y de ahí a cataplum) son algunos ejemplos. Y hay otras más universales y que designan realidades diferentes, como el tictac, el chist, el clic, el clac, el crac o el gluglú. Todavía no existe en el Diccionario una onomatopeya para los besos, pero no creo que la Academia tarde mucho en incluirlos.
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