Se trata de un joven pandillero que llegó al centro vía judicial tras haber propinado un navajazo a una persona que estuvo a punto de morir. "Era el líder de la banda y tenía mucho que demostrar -explica el director gerente de la Fundación Ilundáin, Patxi San Martín-, llegó aquí con una hostilidad impresionante, pero conseguimos reconducirlo e insertarlo en nuestros programas de formación". "Finalmente, en dos años y medio, obtuvo su título y actualmente está trabajando en una conocida empresa con un nivel de satisfacción muy alto".
Comentarios
Un rayo de esperanza para la sociedad en su conjunto
Espero que muchos más sigan su ejemplo (de reinserción) y consigan devolvernos la fe en las leyes.
#1 Ojalá
Pero luego vendrán los procadena perpétua y los propena de muerte a decir que la reinserción es imposible...
Uf, suerte que pudieron apartarle del mal camino a tiempo. Ese camino no le llevaba a nada bueno, en el peor de los casos hubiera acabado siendo político.
#9 Ahora trabaja en "el cobrador del frack"
Es difícil pero no imposible. No es el primero, ni será el último. Por cosas como esta es por la que EEUU y otros países de todo el mundo deberían quitar la pena de muerte.
"empleado ejemplar"
va a tener razón Marx (G) en que, la humanidad, partiendo de la nada y con su sólo esfuerzo, ha llegado a alcanzar las más altas cotas de miseria.
Trabajará en Matutano, haciendo bolsas de la Pandilla Drakis.jajajaEn serio de veras, ojalá que todo el mundo reconociera sus errores y valorara el sentido del trabajo. Un ejemplo a seguir, chapó.
Es bueno darse cuenta de lo malo que se puede hacer y rectificar el camino...muchas de esas cosas pasarían si los reformatorios (carcel), fueran eso, para reformar a la gente, no que hoy en día quien entra ahí, sale peor...
#9 O usuario de menéame
