Imagine por un momento un directivo feliz, tranquilo, sin estrés, sonriente, dialogante, tenaz y con la mente puesta en vasos medio llenos en vez de medio vacíos. No es un anuncio de dentrífico ni una película, es un nuevo tipo de directivo que raramente encontrará paseando por el Paseo de la Castellana de Madrid o por Diagonal o Paseo de Gràcia en Barcelona.
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