c+p Los biólogos marinos Christopher Neufeld y Richard Palmer, de la Universidad de Alberta (Canadá), se plantearon la posibilidad de que el pene largo fuese un problema para el percebe que habita cantiles con fuerte oleaje, ya que el órgano se podría enredar y lastimar contra las rocas. Ambos científicos conocían la habilidad del animal para adaptar el tamaño y forma de sus piernas –órganos con los que capta su alimento– en función del entorno. “Tomando unas cañas, se nos ocurrió que quizá podían cambiar también el tamaño y forma de su pene”
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