Pequeñas embarcaciones comienzan a merodear silenciosas por el Mar Menor cuando cae la noche. Las gobiernan pescadores furtivos que calan paranzas, trasmallos y palangres para quitarle a sus aguas lubinas, doradas, mújoles y lo que caiga. Hay poco romanticismo en esta estampa.
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laverdad.esVan a dejar la pesca suave
Y, como siempre, las autoridades mirando para otro lado.
Que manía con llamar pirata a cualquier cosa.