Todo surgió de una equivocación lingüística de Franquin durante una comida con Peyo. El primero le dijo al segundo: “Pásame el pitufo”. A lo que el este respondió: “Aquí lo tienes, y cuando hayas pitufado, me lo pitufas”. Así, de una conversación tan tonta en la que no se sabe bien qué quería Franquin que le acercasen para aderezar su almuerzo, nació el lenguaje de los pitufos y su nombre. Al menos, eso es lo que se cuenta en la edición de La flauta de los pitufos editada por Norma Editorial.
Comentarios
Por cierto, esta noticia hubiera tenido muchos más meneos si se hubiera meneado el día que menéame fue azul. Meneame azul
Meneame azul
twitter.comEsta notcicia no ha sido meneada sino pitufeada. Que lo sepáis!
#1: Pitufada, se dice pitufada.
¿Y todo eso lo dijeron en español?
#2 Para aclarar eso, conviene leerse la noticia
#3 Aclarado, gracias.