La mejor manera de limitar los precios de la vivienda libre es regulando por ley el crédito hipotecario: que el Estado no permita que un banco o caja le de un crédito hipotecario a una persona o familia por encima de un determinado nivel de endeudamiento (por ejemplo, no más del 30% de sus ingresos mensuales) y por encima de un determinado límite de años (por ejemplo, 15 o 20). De esta manera, los precios de las viviendas libres normales o estandar se adaptarían a la capacidad de pago de la gente normal, es decir, serían mucho más baratas.
Comentarios
Pero entonces los bancos dejarían de ganar mucho dinero y a quien crees que va a hacer caso el gobierno de turno, a ti o a los bancos?
¡Estás haciendo un llamamiento al dinero negro! Menudas mentes brillantes tenemos en este país...
Yo pago un 30% de mis ingresos al banco para la hipoteca, y mira este mes son 500 de hipoteca + 500 de contribución + 300 de coche etc...
Osea que tampoco me soluciona nada, sigo malviviendo y no llegando a final de mes.
Con esa medida la gente no se podrá comprar la vivienda ni trapicheando, pero es que hay que vivir en algún sitio joder ¡¡¡
Buena idea pero...estamos hablando de decirle a los bancos lo que tienen que hacer y me temo que en este país los que mandan son ellos y las constructoras, y sino que me expliquen por qué durante todos estos años nadie ha hecho nada parar la burbuja,teniendo ejemplos de países que si las han aplicado(vivienda-vacia-como-trata-europa)
Mala solución ya que es poner mas impedimentos a los mas humildes que con esfuerzo y ahorro al menos ahora pueden acceder a una vivienda. Ya se encargan los bancos en restringir el crédito a aquellos que consideran no podrán pagarlo. Aqui http://www.coches-belgica.com/información.html podéis descargar un cuadro de amortización en excel para el cálculo de las cuotas en préstamos hipotecarios y personales.
#1, es posible que la legislación vigente en Francia desde hace más de veinte años le parezca un llamamiento al dinero negro o una ocurrencia de "mentes brillantes", pero la realidad la puede comprobar usted mismo, respecto al precio de la vivienda en los pueblos y ciudades de Francia y España y la cantidad de dinero negro que generan las transacciones inmobiliarias allí y aquí.