El 28 de julio los acreedores se presentaron donde residía Fernando con su mamá para cobrarle 1000 pesos que le habían prestado días pasados. La señora les dijo que no tenía la cantidad, por lo que decidieron llevarse al niño en prenda y se lo regresarían en cuanto pagara su deuda. La mamá acudió varias veces a la casa donde lo tenían retenido, pero como no llevaba el dinero no se lo entregaron. La mamá solicitó ayuda a la policía y acudieron a la casa donde tras percibir un olor pestilente lo encontraron en estado de descomposición.
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