Keir Starmer ha prometido reducir el número de extranjeros y acabar con el "fallido experimento de fronteras abiertas". El laborista destacó que reforzará la vía legal para deportar no solo a extranjeros condenados a prisión, sino incluso a los convictos por delitos de menor rango y extender a 10 años el período para solicitar la ciudadanía. Las nuevas reglas se detallan en un Libro Blanco de Inmigración "Sin ellas, nos arriesgamos a convertirnos en una isla de extranjeros, no en una nación que camina junta hacia el futuro" dijo
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