Hace 14 años | Por jabravo a blogs.publico.es
Publicado hace 14 años por jabravo a blogs.publico.es

Me pregunto por qué mi Gobierno protege al padre católico que reclama clases de Religión para sus hijos en un colegio público y no hace lo propio con el progenitor que exige para los suyos un aula confesionalmente aséptica, aunque sea en un colegio concertado de ideario católico. Ambos centros se sufragan con dinero de todos los ciudadanos, procedente de los impuestos de laicos y religiosos.

Comentarios

Krisiskekrisis

Hace 20 años, yo era médico de pueblo y mi hija de 5 años iba a la escuela pública del pueblo. Me enteré de que los viernes por la tarde todos los maestros se iban, y los niños y niñas se quedaban con ¡el cura! que les hablaba de sus cosas.

Pensé en hablarlo con el maestro, pero cuando me acerqué a él, noté que lucía un crucifijo colgando del cuello ...

Cuando volvimos a la capital, mi hija fue a una escuela con ideario laico (concertada, creo que las públicas no tienen ideario...).

anotherback

No se por que se lo pregunta tanto la autora del blog. Aquí mismo, en menéame, hay cantidad de usuarios que defienden esto mismo con argumentaciones tan rebuscadas e intrincadas que da miedo.

Suelen usar las palabras tolerancia, respeto, libertad... Bueno, ya os imaginais.

m

A ver si simplifico el problema.

Hay gente que quiere dar a sus hijos una educacion laica.
Y hay gente que quiere dar a sus hijos una educacion religiosa.

Ambos pagan los mismos impuestos y por ellos tienen derecho a que sus hijos reciban la educacion que quiere.

Solucion equitativa: Que siga habiendo colegios publicos y concertados. Que en los concertados que quieran den sus clases de religion (A, B o C). Que el estado dé el mismo dinero a ambos colegios por alumno, y que el añadido de gasto por clases de religion sea pagado por el propio centro. Este centro para financiar esa diferencia solo tiene que cobrar una cuota mas a los padres.

Conclusion: Todos los niños han recibido el mismo dinero del estado y aqui todos contentos. Otra cosa es que haya gente que aun siga queriendo imponer sus ideales sobre el resto y esto que digo no le parezca correcto (y de estos los hay por ambos lados).