Menudo filón el que han encontrado las televisiones con sus programas de casas de lujo. No me refiero ya al éxito en audiencias, que también, sino a ese tufo a inmobiliaria encubierta que se gastan. No es raro ver en este tipo de programas casas que están en venta, incluso ponen el precio. Entre ‘Quién vive ahí’, donde no disimulan el negocio, u ‘Hotel, dulce hotel’, que publicita sin tapujos establecimientos de hostelería, termino preguntándome si habrá algo más detrás de estos programas.
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