Un hombre que caminaba por el centro de San Martín de los Andes, Neuquén, escuchó que alguien se quejaba y, luego de un par de vueltas, la encontró: una mujer estaba atascada en la ventana de una carnicería en la que había intentado robar. Pese a que rompió uno de los vidrios del local para ingresar, la supuesta ladrona no calculó bien el tamaño de sus caderas y quedó agarrada entre el vidrio y la reja.
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