"Cada ramo hace balance del coste de la crisis. El de la propina no será comparable al del ladrillo: el piso que no se vende en el 2008 se venderá en el 2010. En cambio, el paso del dinero que destinábamos a la propina es fugaz. La alarma causada por la caída del bote puede ser definitiva. Sobre nosotros puede caer la responsabilidad de que pierda su significado una palabra entrañable que con unas monedas convertía al agarrado en dadivoso. El señorío salía barato". Artículo de Josep Pernau.
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