Los 3.000 vecinos que residen en el barrio de la pedanía murciana de Espinardo siguen conviviendo con ratas, hogueras en medio de la calle, venta de drogas al menudeo y peleas de gallos en la puerta de la iglesia. Hace dos años, el Ayuntamiento de Murcia prometió entregar a los vecinos más de 30 viviendas sociales en 2007 y todavía no se han aprobado en Junta de Gobierno.
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