El totalitarismo clásico –alemán, italiano o soviético– apuntaba a formar seguidores más que ciudadanos, El totalitarismo invertido proporciona sustitutos tales como "la soberanía de los consumidores" y la "democracia de los accionistas", que dan una sensación de participación sin exigencias ni responsabilidades. Un régimen invertido prefiere tener una ciudadanía cómplice, sin sentido crítico. Las palabras de Bush a la ciudadanía después del 11S, no fueron una apelación al sacrificio por una causa común sino a a “unirse, consumir, volar”.
|
etiquetas: sheldon wolin , bush , totalitarismo invertido