Fibonacci pasó gran parte de su vida intentando que su nombre pasase a la posteridad. Invirtió décadas en una receta magistral de pasta con la que ser recordado por siempre. Murió sin conseguir su objetivo. Su esposa, como prueba de su gran amor por él, le hizo un regalo el día de su entierro: Escribió en su lápida los ingredientes del plato que más le había gustado de su marido.
Comentarios
nos envió esta receta / mini-cuento que se inventó:
Como se dice en estos casos: Non è vero è ben trovato...
Como el FSM se entere te va a caer la del pulpo (la del spaghetti en este caso)
A estas horas, mandar una receta de pasta con huevo, nata, parmesano y bacon... debería votarse provocación
(joder... que hambre tengo)
Falta la sal, concretamente 34 granos de sal
¿Carbonara?
Yo pensaba que a Fibonacci le pegaban más unas espirales
#1 JO JO JO...
festivalazo del humor...
ecco cuando arrievo a casa, uhmmm spaguetti volador uhmm
Le mataron los hombres de Abruzzi, fijo
#6 "un cuento que se inventó"
El FSM lo tenga en su gloria
#9 Es lo mismo que pensé yo: son unos espaguetis carbonara con las cantidades de la lista de ingredientes indicando la sucesión de Fibonacci.
Un chiste. Jaja.
Pues tiene buena pinta la lista de ingrediente, aunque parece que deben salir un poco pesados de digerir... yummmm, me está entrando hambre...
Las cantidades de los ingredientes siguen la serie que lleva su nombre... curioso...