Un gran sueño en la ciencia es empezar de cero con bloques microscópicos artificiales de construcción, y terminar con algo mucho más complejo. “Usamos hebras cortas de ADN como pegamento inteligente para unir las etapas preliminares de las células artificiales (llamadas vesículas artificiales) para diseñar nuevas estructuras similares a tejidos”, dice el Dr. Maik Hadorn. Entre las aplicaciones estarían una medicina personalizada y usar estas vesículas como pequeños biorreactores. En español:
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