Ante la presión de los eurodiputados, la Comisión Europea ha insinuado que está preparada para prohibir la importación de aquellos productos chinos que hayan sido fabricados en campos de trabajos forzado. El Comisario de Ampliación Stephan Fuele admitió que "el sistema de Laogai [campos] es completamente incompatible con los conceptos universalmente aceptados de derechos humanos". Pero añadió que era muy difícil verificar qué productos eran fabricados en dichos centros - conocidos como Laogai – de los que se piensa que China podría tener 500.
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