En 1932, en plena ola anticlerical sólo salió un santo en procesión en toda España. Se trataba de San Antonio Abad, patrón de Trigueros (Huelva) y lo hizo en condición de afiliado al sindicato UGT. Ello fue posible porque San Antonio Abad "era un compañero más", según los vecinos, esquivando la prohibición de procesiones en otros muchos pueblos.
Comentarios
Es que para estar afiliado a la UGT hay que tener más paciencia que Santo Job.
He disfrutado leyendo los dos recortes.
#2 Desde luego que si la mortificación es un camino a la santidad, un trabajador afiliado a la UGT está muy cerca.