Dos veterinarios extirpan al animal parte de las cuerdas vocales a petición del propietario para no causar molestias a los residentes de las viviendas contiguas,tras recibir quejas.Cococó es el nombre que reciben todas las gallinas en casa de Josep Marco. Hace aproximadamente ocho meses, este vecino de Benifaió decidió construir un gallinero en su patio para poder contar con huevos frescos cada día. En él soltó doce hembras y, también, un gallo, todos de la raza de gallinas de Chulilla, en peligro de extinción.
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