Paz y su marido fueron despedidos con 51 y 54 años y no pudieron continuar pagando el alquiler de la casa. Primero se trasladaron a Zaragoza, donde se vieron obligados a dormir diez meses en la calle. Luego, se fueron a Logroño, Vitoria y ahora están Gijón. "Es muy duro verse así. Tengo una hija, Elena, de 20 años, que es auxiliar de clínica. No sabe que estamos en esta situación y la verdad es que no me gustaría que se enterara". Mari Carmen no sabe donde dormirá mañana: "No quiero pasar la noche en la calle, pero nadie me da ninguna opción".
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