Con Osama bin Laden solo había una posibilidad: muerto, porque vivo era un problema mayor. Arrojar el cuerpo del jefe de Al Qaeda al mar puede ser una torpeza, pero llevarlo a tierra firme tenía demasiados efectos secundarios. ¿Qué país podría quererlo? Como en el caso de la muerte de los hijos de Sadam Husein, Qusay y Uday, en julio de 2003, en Irak, habrá foto oficial. Cuando crece el rumor y la incredulidad aparecen las imágenes. En el caso de Bin Laden puede que haya un vídeo de la operación. Sería lo lógico.
|
etiquetas: osama , bin laden , muerte , asesinato , cuerpo , terrorismo