"Vuestro ministro del Interior debería suicidarse". El director finlandés Aki Kaurismäki, icono del cine de autor, analiza sus películas y critica los muertos de Ceuta. El Reina Sofía le dedica una retrospectiva
#2:
Éste no sabe que nuestro ministro del interior pertenece a una secta católica, y como tal, tiene prohibido el suicidio..otra cosa bien distinta para este tipo de católicos es la importancia de las vidas ajenas, excepto cuando éstas están todavía en el útero materno, entonces el aborto es pecado mortal...cinismo.
#3:
Hasta para suicidarse hay que ser un valiente y no un mierdas....
Éste no sabe que nuestro ministro del interior pertenece a una secta católica, y como tal, tiene prohibido el suicidio..otra cosa bien distinta para este tipo de católicos es la importancia de las vidas ajenas, excepto cuando éstas están todavía en el útero materno, entonces el aborto es pecado mortal...cinismo.
Comentarios
Hasta para suicidarse hay que ser un valiente y no un mierdas....
Éste no sabe que nuestro ministro del interior pertenece a una secta católica, y como tal, tiene prohibido el suicidio..otra cosa bien distinta para este tipo de católicos es la importancia de las vidas ajenas, excepto cuando éstas están todavía en el útero materno, entonces el aborto es pecado mortal...cinismo.
Que tio mas bruto. Yo se lo entregaria a los que se han salvado y perdido a sus compañeros.
Aquí estos bellacos se mueren de viejos y aun después de muertos siguen dando por culo
#0 qué pasa con las etiquetas no sale Kaurismäki por ningún lado. ¡¡Muy grande, Aki!!
#4 Gracias. Sólo me cabe Aki. Las otras me parecen relevantes.
Suicidarse el y los que dispararon, que los que dispararon no son unos angelitos inocentes.
Suicidarse no pero nadar en el estrecho mientras les lanzamos pelotas de goma...
Mátale tú, que vives fuera. Nosotros te cubrimos hasta que marches.
Talmente de acuerdo con el finlandés
Normal, han asesinado a sangre fría a 15 personas, como para no indignarse. Este gobierno debería entregar sus armas y disolverse.
Parece que la gente desea su muerte más que un buen polvo